domingo, 29 de noviembre de 2015

Viajamos a... Waterloo - 1815 Memorial



Desde el parking, destaca la visión de la Colina del León



La semana pasada estuvimos en Waterloo para conocer el lugar donde Napoleón fue derrotado. ¡Por fin! La experiencia ha sido de diez, a pesar de que el conjunto de nuestro viaje se vio perjudicado por el estado de máxima alerta terrorista que afectó a la capital belga, Bruselas. Como sabréis, hacía tiempo que ansiaba visitar este lugar emblemático, aunque debo reconocer que mi idea sobre lo que me encontraría era bastante vaga. 

El primer paso consiste en acceder al 1815 Memorial, un museo impresionante, bien distribuido, original y ameno. En lugar de centrarse únicamente en la batalla, este museo está dedicado a toda la era napoleónica y, curiosamente, la estrella central es el pequeño corso. Ni Wellington ni ningún otro vencedor, sino Napoleón.

El 1815 Memorial es un museo que realmente entra por los ojos.


Una primera sala nos pone en antecedentes desde la Revolución Francesa, para pasar a exponernos los protagonistas de la época y las guerras napoleónicas. Pero sin duda, es la zona de los uniformes y armas donde más hemos disfrutado. Le siguen otras áreas, como la sala de reproducción de la batalla en 3D -interesante, aunque los efectos son mejorables- o la dedicada a la época que sigue a la caída de Napoleón.

En lo alto de la Colina del León se puede contemplar el campo de batalla. ¡Maldita niebla!


Tras la visita al museo, se puede acceder a la famosa Colina del León, creada en 1826 por mujeres holandesas, sobre el lugar donde fue herido el príncipe de Orange. En la cima hay un mirador con magníficas vistas, lo que hace que merezca la pena ascender sus 226 peldaños. También se pueden recorrer los caminos del entorno para apreciar varios monumentos conmemorativos, así como la famosa granja de Hougoumont.

En definitiva, se trata de una visita más que justificada, que además puede ocupar buena parte del día si se va con tiempo -a varios kilómetros están el cuartel general de Napoleón y el Museo Wellington-. Solo puedo poner una queja / propuesta para mejorar el 1815 Memorial: ¡Audio y textos en castellano! Sin más, animaros a realizar esta visita que me ha parecido un gran ejemplo de musealización.



martes, 23 de junio de 2015

Jerzy Sosnowski: un espía polaco en la Alemania nazi

Jerzy Sosnowski. Fuente: www.jerzysosnowski.info

Jerzy Sosnowski fue uno de los espías más brillantes del periodo de entreguerras. Tras una fulgurante carrera militar como oficial de caballería, Sosnowski se convirtió en agente de la inteligencia militar polaca, siendo destinado a Berlín en los últimos años veinte. No tardaría en integrarse en las altas esferas berlinesas, bajo la falsa identidad del barón Ritter von Nalecz. Sosnowski era un hombre alto, atractivo, gran conversador y, según cuentan, de fría mirada. Hábil en el arte de la seducción, uno de sus romances más destacados fue el que mantuvo con la baronesa Benita von Falkenhayn, la cual accedió a colaborar con él otorgándole valiosos contactos, para pagarlo caro unos años más tarde...

Valiéndose de estas dotes, a Sosnowski no le costó establecer una red de espionaje basada en la seducción y el chantaje. Logró encandilar a Frau Von Natzmer, una secretaria de la sección de proyectos de Guderian (IN6) a la que pudo manipular a su antojo. A través de esta joven, el polaco reclutó a otras secretarias del IN6 que le hicieron llegar más de un centenar de documentos sobre el desarrollo de armas secretas. Según cuenta Richard Bassett, Sosnowski llegó a hacerse con la llave de la caja fuerte de Guderian. No debe extrañarnos que entre estos documentos se encontrasen datos relativos a la táctica de la blitzkrieg que, por aquel entonces, estaba diseñando el brillante militar alemán y que, en 1939, tan buenos resultados le brindaría sobre la llanura polaca.

Guderian, creador de la Blitzkrieg o Guerra relámpago. Fuente: Deutsches Bundesarchiv.

Sin embargo, la traición apareció entre las filas de la inteligencia polaca. El agregado militar de Polonia en Berlín, el subteniente Jozef Gryf-Czajkowski, era un agente doble en nómina de la Abwehr (servicio de inteligencia militar alemán). Cuando éste encontró en la embajada polaca los documentos robados por Sosnowski, raudo y veloz compartió la información con los alemanes. También colaboró con las autoridades alemanas la actriz -y amante despechada de Sosnowski- Maria Kruse.

La actriz y bailarina Lea Niako, cuyo nombre artístico era Maria Kruse.


En febrero de 1934, la Gestapo irrumpía en la vivienda de Sosnowski cuando éste celebraba una fiesta. Al igual que él, fueron detenidas tres de sus amantes: la baronesa von Falkenhayn, von Natzmer e Irene von Jena. Las dos primeras fueron condenadas a muerte y decapitadas en febrero de 1935. Sosnowski, condenado a cadena perpetua, permaneció confinado hasta que en abril de 1936 se le intercambió por tres agentes alemanes en manos de los polacos.

El colofón a su formidable historia lo habrían de poner las autoridades polacas. Lejos de recibirle con honores, creían que los documentos conseguidos por Sosnowski eran demasiado buenos como para ser reales, por lo que fueron desechados. Se le creía un agente doble y, en junio de 1939, fue declarado culpable de traición y colaboración con Alemania. Condenado a quince años de prisión, cuando estaba preparando su apelación estalló la Segunda Guerra Mundial y, desde entonces, su historia se vuelve confusa. Durante la invasión alemana, fue evacuado de la prisión de Varsovia y, de algún modo, cayó en manos del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos (NKVD) soviético. Poco después, se convirtió en uno de sus agentes. De las teorías que existen sobre su muerte, la más probable es aquella que lo sitúa en el alzamiento de Varsovia (del 1 de agosto al 2 de octubre de 1944), donde habría sido ejecutado por la resistencia polaca.




FUENTES



BASSETT, R.: El enigma del almirante Canaris. Barcelona, Altaya, 2007.



jueves, 2 de abril de 2015

Listado de películas sobre gánsteres (III): Series


Mario Fernández Lago
Estudiante de Historia
A continuación trataremos las series relacionadas con organizaciones criminales. Además, este género de series centradas en el narcotráfico está siendo todo un boom en Latinoamérica.
-Banshee (Cinemax, 2013). Acción a raudales, agresividad descontrolada y ardientes escenas de sexo. Ladrones, mafia amish, casinos e indios,… una visión moderna del salvaje oeste.

-Breaking Bad (AMC, 2008). Una de las series más aclamadas en los últimos tiempos. Bryan Cranston interpreta a un profesor de química al que diagnostican cáncer. Debido a las dificultades médicas y económicas decidirá dedicar todo su talento a la creación de metanfetamina. A lo largo de cinco espectaculares temporadas asistiremos a la evolución de Walter White desde un tímido y cobarde profesor hasta un criminar terrible, cruel y metódico que hará lo necesario para preservar a su familia.


Fuente: Filmaffinity.

-Capadocia (HBO Latin America, 2008). Original serie que narra la vida de mujeres encarceladas en la Ciudad de México, mostrándonos la crudeza de la justicia (cada episodio se incorpora una nueva reclusa, a través de flashbacks veremos los motivos de su encierro). La prisión está controlada por un consorcio privado que oculta su verdadero propósito, el narcotráfico. El sello de la HBO, un excelente reparto y brillantes interpretaciones.

-Crematorio (Canal+, 2011). Miniserie de 8 capítulos que supuso la primera producción propia de Canal+. El fallecido Pepe Sancho, en el papel protagonista de Rubén Bertomeu, nos brinda la brillante interpretación de un poderoso constructor en la Costa del Sol.

-El cartel de los sapos (Caracol TV, 2008). Se basa en el libro homónimo, escrito por el ex narcotraficante colombiano Andrés López "Florecita" durante su estancia en la penitenciaria.

-Pablo Escobar, el patrón del mal (Caracol TV, 2012). Estructura propia de las telenovelas latinoamericanas aunque, en este caso, no se centra tanto en la trama amorosa como en los enfrentamientos, que llegan a mostrar el lado más sangriento y desalmado de uno de los mayores narcotraficantes de la historia.


-La Piovra (RAI, 1984). Un entramado de familias cimentado a través de un sistema de amenazas, chantajes y venganzas, donde los intereses que defienden van en línea con los cambios económicos y sociales que experimenta Italia, extendiendo sus tentáculos a las altas esferas de poder frente a un Estado cada vez más débil.

-Lilyhammer (Netfix, 2012). Sorprendente mirada a los bajos fondos, destacando su tono de comedia. La serie sigue la historia de Frank 'The Fixer' Tagliano (Stevie Van Zandt), un mafioso que se integra en el programa de protección de testigos de EE.UU., mudándose de Nueva York a Noruega.

-Luck (HBO, 2012). Serie que se centra en el mundo de los hipódromos y las apuestas. Su mayor reclamo es el protagonista, Dustin Hoffman.

-Magic City (Starz, 2012). Ambientada en Miami (1959), poco después de la Revolución Cubana. Ike Evans, dueño del lujoso hotel "Miramar Playa", se ve obligado a hacer tratos con un peligroso jefe de la mafia para asegurar el éxito de su hotel.

-Gomorra (Sky Atlantic, 2014). Drama que refleja aspectos de la Camorra: luchas entre clanes, su impacto en los barrios pobres, tráfico de drogas, sus contactos en el exterior y su implicación política y económica. Muestra de manera cruda cómo la mafia recluta y utiliza niños para sus fines criminales.


Fuente: Filmaffinity.

-Matalobos (TVG, 2009). Centrada en la familia más poderosa de la costa gallega, la familia Matalobos, que afronta la vuelta del hijo que renegado, convertido en capitán de la guardia civil.

-Mob City (TNT, 2013). Se basa en una historia real, el conflicto entre el Departamento de Policía de Los Ángeles y Bugsy Siegel, encargado de las operaciones de la mafia de la ciudad. La serie es un drama que nos muestra el periodo noir en L.A., una época de coches llamativos, estrellas de cine y nuevos comienzos.

-Oz (HBO, 1997). Tom Fontana nos obsequia con una dramática visión de la penitenciaria de Emerald City, que pretende ser un proyecto experimental. La espectacularidad, realismo y crudeza de las discusiones y pelas que se suceden en la cárcel no tienen parangón, no hay una serie que muestre imágenes tan escalofriantes como ésta. Guion y reparto soberbios, destacando Toby Beecher, Andrew Schillinger, Ryan O'Reily y el legendario Simon Adebisi.

-Peaky Blinders (BBC, 2013). Birmingham, años 20, una familia de timadores trata de asentar su posición. La BBC nos obsequia con una obra maestra en la que destacará el duelo interpretativo entre Cillian Murpy y Sam Neill.

-Roma Criminal (Sky Italia, 2008). Serie italiana basado en el libro homónimo del juez Giancarlo De Cataldo. Un grupo de criminales trata de dominar el narcotráfico en Roma. La obra está basada en la historia real de la "Banda de la Magliana".

-Sons of Anarchy (FX, 2008). Soberbia serie que relata las aventuras y desventuras de un club de moteros en California. A través de este peculiar colectivo veremos cómo afecta el crimen organizado a la localidad ficticia de Charming. Estupenda banda sonora y reparto, encabezado por Ron Perlman, Charlie Unam y Katey Sagal.

-Los hermanos Donnellys (NBC, 2007). Historia de cuatro hermanos de origen irlandés en el barrio Hell's Kitchen. Se ahonda en las relaciones con otras organizaciones criminales como la italiana.

-The Corner (HBO, 2000). Miniserie sobre la vida de una familia en West Baltimore. Adaptación de David Simon y Ed Burns de la novela The Corner: A Year in the Life of an Inner-City Neighborhood. La serie recibió numerosos premios y cuenta sin tapujos el drama diario y las consecuencias de la vida cerca de la esquina.

-The Shadow Line (BBC, 2011). Miniserie de 7 capítulos. El asesinato de un capo de la droga londinense, va acompañado de una doble investigación: la policiaca y la criminal.

-The Shield (FX, 2002). Vic Mackey (Michael Chiklis) lidera una división experimental de la Policía de L.A., conocida como el equipo de asalto. A lo largo de sus siete temporadas se suceden las luchas con diferentes organizaciones criminales (armenio, mexicano, negro, etc.) y la incorporación de nuevos personajes entre los que destacan la capitán Monica Rawling (Glenn Close) y el soberbio teniente Jon Kavanaugh (Forest Whitaker).

-The Wire (HBO, 2002). Los calificativos se quedan cortos, para muchos la mejor serie de la historia de la televisión. La obra maestra de David Simon es una superproducción que ahonda en la vida real de Baltimore. Cada temporada se centra en un tema pero siempre interrelacionados entre sí. Si consigues ver los primeros capítulos, no podrás dejar de seguir las andanzas de Omar Little (Michael K. Williams), 'Jimmy' McNulty (Dominic West), 'Bubbles' Cousins (Andre Royo) o 'Tommy' Carcetti (Aidan Gillen).



-Umbre (HBO Europa, 2014). Drama con momentos de humor negro. La serie narra la historia de un taxista que trabaja como cobrador para la mafia rumana.

-Bajos fondos (Nine Network, 2008). Drama australiano de 13 episodios basado en los asesinatos de Melbourne de 1995 a 2004; el tráfico de drogas Griffith que tuvo lugar entre 1976 y 1987; y la escena de Kings Cross entre 1988 y 1999. La primera temporada se basa en el libro Leadbelly: Inside Australia's Underworld.

-Vegas (CBS, 2012). Ambientada en Las Vegas, en 1960, la serie se centra en el sheriff Ralph Lamb (Dennis Quaid) y su lucha con el mafioso Vincent Savino (Michael Chiklis). Un drama con aires de western, basado en la historia real de Lamb, un cowboy convertido en sheriff.

-Weeds (Showtime, 2005). Entretenido producto entre la comedia y el drama. Nancy Botwin se encuentra en dificultades económicas tras la pérdida de su marido, por lo que decide plantar marihuana. Jenji Kohan nos deleita con una serie que nos engancha por su acidez, candidez y cercanía, sin olvidar su excelente banda sonora.


miércoles, 11 de febrero de 2015

Waterloo, 2015: El bicentenario de la batalla


Cartel de Waterloo 2015. Imágenes cedidas por la organización.

Este año, los campos de Waterloo (Bélgica) volverán a ser escenario de una batalla. ¡No os alarméis! Ya que se trata únicamente de una recreación con mosquetes de imitación. Eso sí, apostando por una puesta en escena rigurosa y llevando por bandera la fidelidad a la hora de recrear los hechos que acontecieron aquél 18 de junio de 1815.  Con motivo del bicentenario de la batalla, se congregarán en Waterloo numerosas agrupaciones de recreación histórica procedentes de todo el mundo, hasta conformar un grupo que supera los 5.000 participantes, incluyendo 300 jinetes y 100 piezas de artillería. Casi nada.



Battle of Waterloo Reenactment - copyright Katia Chaval
 
La conmemoración se producirá entre los días 18 y 21 de junio, pero lo que nos interesa, las reconstrucciones de la batalla, tendrán lugar los días 19 y 20 a las 20.00 horas. De este modo, el viernes 19 se celebrará el primer espectáculo, protagonizado por el avance de 700 infantes franceses y sus combates con las tropas de Wellington. Al día siguiente se realizará la segunda reconstrucción, con el contraataque final aliado, la llegada de las tropas prusianas y la recreación de la escena de aniquilación de la Guardia Imperial y el famoso "La Guardia muere, pero no se rinde". Según la organización, se espera alcanzar los 60.000 espectadores por evento, cifra que transmite la magnitud de los actos. En la página web se pueden adquirir los tickets, con unos precios que van de los 15,75€ en pie a los 38€ con asiento (www.waterloo2015.org).
 
Lo cierto es que se trata de una oportunidad magnífica para visitar la zona de la batalla y algunos lugares emblemáticos como el castillo de Hougoumont o la Colina del León. Pero, si por algún motivo te resulta imposible asistir, tenemos una buena noticia pará ti: la siguiente conmemoración no será con motivo del tricentenario, sino mucho antes. Concretamente en el año 2025. Parece ser que los belgas han encontrado un filón en la última batalla de Napoleón como forma de potenciar su turismo cultural. Y a nosotros nos parece muy bien.
 

Waterloo Reenactment - copyright GrÇgory Bellemont

 
 
FUENTES
 
 
 

lunes, 12 de enero de 2015

Guerra de la Independencia: El mariscal Ney invade Asturias




El más famoso de los mariscales de Napoleón posó sus botas sobre la tierra asturiana allá por mayo de 1809. Nos referimos al impetuoso Mariscal Ney. Por aquel entonces, Asturias era una isla rodeada por el territorio ocupado por las tropas imperiales y, si bien no contaba con un gran ejército, sí que constituía una amenaza sobre las comunicaciones entre Galicia y la meseta. A los franceses les preocupaba la presencia en Oviedo del general Pedro Caro y Sureda, Marqués de La Romana, que se había distinguido en su mando sobre la expedición del Báltico. Por este motivo, se planeó la primera de las invasiones contra Asturias partiendo de tres frentes: el este, desde Santander, le correspondería a Bonet; al sur, partiendo de León, se incorporarían las tropas de Kellermann; y deslizándose desde Galicia, al oeste, el Mariscal Ney.

Decimos deslizándose porque el principal objetivo de la invasión consistía en la captura del Marqués de La Romana, lo que exigía contar con el factor sorpresa y evitar que la alarma asturiana advirtiera a la capital. Así, el Mariscal partió de Lugo el 13 de mayo con una columna de unos 4.000 hombres,  integrada por infantería (27º, 39º y 59º de Línea; 25º Ligero),  trescientos jinetes (3º de Húsares y 25º de Dragones) y artillería (ocho piezas de artillería de montaña) [1]. En un alarde de astucia, el Mariscal cruzó la frontera asturiana por Ibias, al amparo de terrenos montañosos, donde los caminos eran poco transitables pero, como contrapartida, avanzaría amparado por la discreción. Así, cruzó los puertos de Rañadoiro, Cerredo y Leitariegos, para atravesar luego las villas asturianas del occidente: Cangas de Tineo -actual Cangas del Narcea- (16 de mayo), Tineo y Salas (día 17), cruzando el río Narcea en Cornellana. Al día siguiente alcanzaba Grado, donde encontraría la primera y más importante resistencia que habría de afrontar en el ya famoso encuentro de Peñaflor.




El resultado ya se ha tratado en este blog: las curtidas tropas del Mariscal vencen sin demasiada dificultad a los asturianos, pasando luego a cuchillo a la población de Grado. Tras pernoctar en la casa solariega de La Campona, al día siguiente Ney entra en Oviedo. Pero el Marqués de La Romana ya no estaba en la ciudad. Durante el combate de Peñaflor, se había apresurado a partir hacia Gijón, de cuyo puerto saldría en un buque inglés. Desde luego, esta no era la conducta que cabría esperar de un general de su prestigio.

El principal objetivo de la misión se había visto frustrado, y desde Galicia llegaban terribles noticias: el Mariscal Soult había sufrido serios reveses en Portugal y la amenaza sobre Galicia era seria. Por tanto, Ney se vio obligado a retomar el camino de vuelta, esta vez por la costa asturiana, encontrando alguna resistencia aislada por parte de las alarmas de Avilés, Muros del Nalón y Navia [2].

 

[1] CALVO, J.L.: "Acciones de guerra en el puente de Peñaflor (1809-1810)", en FERNÁNDEZ, G.A. (Coord.), Grado-Grau, villa y alfoz. Actas de las Jornadas de Estudios Locales, Grado, Círculo de Estudios Pramarenses, 2014, 4, p.61.
[2] CARANTOÑA, F.: La Guerra de la Independencia en Asturias. Madrid, Silverio Cañada, 1984, p.154.


FUENTES


ATTERIDGE, A.H.: Marshal Ney. The bravest of the brave. Barnsley, Pen & Sword, 2005.

CALVO, J.L.: "Acciones de guerra en el puente de Peñaflor (1809-1810)", en FERNÁNDEZ, G.A. (Coord.), Grado-Grau, villa y alfoz. Actas de las Jornadas de Estudios Locales, Grado, Círculo de Estudios Pramarenses, 2014, 4, pp.57-68.

CARANTOÑA, F.: La Guerra de la Independencia en Asturias. Madrid, Silverio Cañada, 1984.



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